Volvieron a marchar pidiendo “justicia” por Rodrigo Gigena – FM BLUE 92.1



Se cumplió un año del crimen que se llevó la vida del joven bailarín de cumbia de barrio norte, ejecutado por narcos que se equivocaron de objetivo.
El 9 de agosto de 2019 en el hospital Eva Perón de Granadero Baigorria moría Rodrigo Gigena, el joven vecino de barrio norte, referente de la academia de baile “La Fuerza de la Cumbia” que dirigían sus padres, Estela y Miguel.
Tres días antes, alrededor de las diez de la noche, cruzó la calle para buscar una gaseosa a la granja de su mamá cuando fue alcanzado por un disparo en el abdomen realizado por sujetos que se movilizaban en un auto oscuro.
Desde entonces, sus seres queridos organizan marchas periódicas desde el lugar del crimen en calle Clemente Albelo al 3600, hasta la esquina céntrica de avenida San Martín y bulevar Urquiza de la ciudad de San Lorenzo, como volvió a ocurrir este lunes, exigiendo justicia y el esclarecimiento del crimen.

Amigos y vecinos de la familia Gigena marcharon pidiendo justicia.
A pesar del tiempo transcurrido desde el ataque, “nadie me llamó, nadie me dice nada, estoy como el primer día”, expresó muy conmovida, Estela, mamá de Rodrigo quien también contó que “ayer salí desesperada a repartir volantes para que no se olviden de esta marcha. Ya no sé qué hacer”, expresó.
También recordó que “el fiscal Matías Edery (N de la R: a cargo de la causa) nos llamó una sola vez para decirnos que se trató de una equivocación, que mi hijo estaba en el lugar equivocado en el momento equivocado. Después nunca más nos volvimos comunicar a pesar de que lo llamo todos los días”, lamentó.
En el mismo sentido, Miguel Gigena, padre del joven asesinado, aseguró que “solo sabemos que la bala no era para Rodrigo, que justo había salido a comprar una gaseosa. Hay testigos de lo que pasó, pero nunca llamaron a nadie a declarar”, expresó acerca de la paralización de la causa.
Sobre la concurrencia de vecinos a la marcha, Estela analizó que “vinieron bastantes, por lo menos acá están los más allegados. Ojalá que no le pase a nadie del barrio lo que nos pasó a nosotros porque ahí nos van a entender. Agradezco a todos los que están acá porque no me siento sola”, agregó.
Luego, entre sollozos, Estela recordó lo vivido durante el último año: “lo sigo esperando. Todos los días miro para su casa que está enfrente de la mía y me lo imagino saludándome, debe ser por las ganas que tengo de verlo. Cuando golpean la puerta pienso que es él, que va a entrar y me va a saludar. Hace un año que no escucho su voz”.
Y Miguel agregó: “me parece que fue anoche cuando le dispararon, quedamos en pausa, no puedo creer que haya pasado un año” y después anunció: “vamos a seguir haciendo marchas, pero lamentablemente esto va a terminar en nada”.

Guadalupe, pareja de Rodrigo Gigena
Una pareja muy unida
Parada junto a una gran pancarta a la que sostenía con fuerza, con la leyenda “Como olvidar a quien me dio tanto para recordar… por siempre mi corazón de arroz. Justicia por Rodri. Prohibido olvidar”, estaba Guadalupe, la pareja de Rodrigo en la vida y en el escenario.
La joven también hizo referencia a la falta de avance de la causa en la Justicia por el crimen. “Antes de la pandemia, nos decían que estaban investigando, pero a partir de ahí me pude comunicar solo una vez con el fiscal y me dijo que la causa estaba momentáneamente parada y ahora lo llamo y no me atiende. Solo nos informaron que se equivocaron de objetivo y que estaba relacionado con el narcotráfico, pero nada más”, aseguró.
Y también contó como es la vida sin su compañero. “Fue muy difícil para mi porque éramos de esas parejas que están todo el tiempo juntos. Llegábamos de nuestros trabajos y no nos separábamos. Los fines de semana casi no salíamos porque nos quedábamos en nuestra casa viendo una película”, recordó.
Después del fallecimiento, “tuve que empezar a trabajar de nuevo” y confesó “sigo viviendo en la misma casa, pero me cuesta mucho porque todavía no me puedo acostumbrar a su ausencia. Hay días en los que me levanto y los busco inconscientemente. Es muy difícil ir al cementerio y llevarle una flor que es lo único que puedo hacer por él, además de seguir luchando para que haya justicia y reclamando en forma así, en forma pacífica”.
FUENTE: sintesis